Había una vez un rey rico y poderoso, dotado de gran inteligencia, y aún mayor soberbia. Tal era su orgullo, que nadie le parecía un rival digno para disfrutar de su afición favorita, el ajedrez, e hizo correr la voz de que daría la décima parte de sus riquezas a quien mostrara tener la dignidad suficiente. En cambio, si el rey no lo consideraba digno, sería decapitado de inmediato.
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Frases sobre el “Bien y el Mal”
“Hay diferentes creencias intelectuales que no vivenciales. La figura del demonio es, en vuestro nivel, una necesidad psicológica que trata de justificar las tendencias erróneas”